CRÓNICA
DEL NUEVO MUNDO
El descubrimiento del nuevo mundo se refiere a la llegada
a América de un grupo expedicionario español que, representando a los Reyes
Católicos, partió desde el Puerto de Palos, comandado por Cristóbal Colón, y
llegó el viernes 12 de octubre de 1492 a una isla llamada Guanahani.
Así, como por voluntad
propia Cristobal Colón tuvo que invitar la gente y persuadir a la reina para
que le ayudara económicamente para su viaje, debido a que prometía ser una
mejora y una buena inversión para el reino. Así persuadí yo a mi acudiente para
que me dejara comenzar una aventura a un mundo desconocido donde, según mis
referencias, habían personas diferentes, metodologías diferentes y sobre todo,
el comienzo de una vida diferente para quien se integrara a él.
Creo que, aunque no con
total certeza, entendí como se sintieron los descubridores cuando llegaron a
América…Comencé a conocer a personas que nunca pensé que conocería, con
costumbres y formas de expresarse muy diferentes a lo que yo entendía. Conocí
educadores que enseñaban de maneras tan alternas que hasta me pregunté si sí
iba a aprender algo en los próximos años (Yo, que nunca me preocupo por nada). Todos
vestían diferente a lo habitual y hablaban de experiencias pasadas entre ellos.
Me sentí en un lugar tan libre, sin reglas convencionales y tan poco común que
combinó toda esta novedad con la sed de aventuras que poseía en ese entonces.
Me ubiqué, o me ubicaron en
un grupo con gente que yo no conocía, pero eso no fue el problema… Yo no sabía
qué hacer y nadie me decía como hacerlo, según la mayoría, “Debía descubrirla
por mis propios medios, a su debido tiempo, a mi propio ritmo” ¡Y que ritmo tan
lento he sabido tener! Me fue más mal de lo que pensé, el sueño del principio
parecía haberse acabado. No me entendía con mi equipo, no sabía que escribir,
no le caí bien a los docentes y todos a mi alrededor parecían tener ventaja. Aun
así, en medio del caos emocional que conllevó este conjunto de problemas, yo me
sentía mejor que donde estaba, y pensé que en algún futuro, ojalá no muy
lejano, todo esto iba a tener un sentido.
Quienes llegaron a América
en el siglo XV hicieron largas expediciones con el fin de conocer, caracterizar
y clasificar todo aquello que había en el nuevo mundo y no habían visto antes.
Me sentí entonces como directora de una gran expedición ¿Mi equipo? Un pc y un
cuaderno cinco materias que por alguna razón duró todo el primer año, y
sobraron páginas.
El primer año culminó y
aunque no supe si sería promovida hasta último momento, me sentí bien y
aliviada porque el próximo año iba a ser mejor.
El próximo año lo comencé llena de buena energía, con un
equipo nuevo. Tuve dificultades internas y externas, algunas mi culpa, algunas
no. Comencé a hablar con más gente del nuevo mundo, y aunque parezca increíble
a estas aturas, no dejaba de sorprenderme.
Todos los días crecía el
vínculo que tenía con quienes se habían convertido en mis amigos (Tan poco
comunes y poco convencionales como los indígenas de América en el siglo XV) y
aunque no estuve de acuerdo con muchas políticas y formas de enseñar, siempre hubo
un número significativo de aspectos positivos que me mantuvieron y no me
dejaron ir de ese lugar. Me sentí muy frustrada ese año, porque sentía que
trabajaba y trabajaba y no se veían resultados. Tuve la oportunidad de hacer
parte de sus costumbres y por ende, fui a la feria CT+I 2012, y a Proyecto
Morales. Mi educación informal. La que se desarrollaba por fuera, me ayudaba a
ser flexible con mi percepción del mundo y del universo.
Ahora, en el 2013, comencé
con la actitud buena que esperaba tener y aunque los hechos que voy a mencionar
son de este mismo año, parece que hubieran sucedido hace mucho más tiempo.
Volví al equipo del primer año debido a que su trabajo era más acorde con mis
intereses y mi forma de ser. Conocí más gente con la que no había hablado, y
caí en cuenta de que los siguientes doce meses, correspondían mi último periodo
de tiempo en este lugar…
Mi trabajo y el de mi equipo
para este entonces ya eran más organizados que antes, yo tenía ya una idea de
cómo manejar las cosas y muchas inconformidades que había tenido se tornaron
generales entre el grupo de personas que habitábamos juntas. Todo ha sido muy
rápido, no sé cómo, ni con que fugacidad se ha ido el tiempo y cada vez tengo
más recuerdos en esa colección que nunca creí tener. Cuando menos pensé ya
habían pasado 6 meses, y yo ya era amiga de muchas personas con gran variedad
de personalidades y oficios, sabía muchas cosas que ni sé en qué momento
aprendí, tenía el cuaderno (Cinco materias para todo el año, para no perder la
costumbre) lleno de cosas, líneas y anotaciones de la expedición; todo parecía
estar sucediendo y yo no sé en qué momento aceleré el ritmo que mencioné al
principio, o si el tiempo aceleró el ritmo y yo no supe cómo seguirlo.
Me hablaban de la siguiente
fase de mi vida, de ICFES, de universidad, de dinero, de préstamos, de
carreras. Me preguntaban todas las personas a mí alrededor ¿Qué va estudiar?
¿Dónde va a estudiar? ¿Usted si es buena para eso? ¿Eso si le da la plata? ¿Con
qué va pagar? ¿Va conseguir beca? Y yo no tenía respuesta certera para ninguna
de estas preguntas. No sé cómo todos mis compañeros y yo (Ya no me sentía ajena
a aquella sociedad del nuevo mundo) sentíamos que debíamos cumplir con las
expectativas de muchísima gente y varias autoridades y peor aún, yo no sabía
cómo cumplir con esas expectativas y con las mías al mismo tiempo. Yo sabía que
este momento de caos llegaría hace mucho tiempo, hace años me preparaba para
esto y pensé que cuando llegara el momento lo iba a tener todo controlado
porque ya había respondido en mi mente varias preguntas, pero no me di cuenta
que el momento llegó más rápido de lo que pensé y todo lo que tenía establecido
ya no tenía sentido, todo parece tan difícil y se ve tan cerca…
Mis compañeros y yo hemos
ido tratando de darle respuesta a esas preguntas, una por una, paso por paso. Hablamos
al respecto entre nosotros para escapar de quienes quieren saberlo todo con
gran exactitud. Entre nuestro grupo de habitantes del nuevo mundo podemos
hablar con términos como tal vez, quizá, de pronto. Nos podemos cuestionar,
podemos equivocarnos cuantas veces queramos. Podemos hacer preguntas estúpidas
de respuestas obvias y podemos preguntarnos cosas que nadie sabe responder.
Entre nosotros se ha formado una comunidad de inexactitudes, donde estar
erróneo es relativo y nadie nos juzga por no saber muchas cosas que “Ya
deberíamos saber” porque a fin de cuentas, todos estamos igual, y en medio de
las diferencias que tenemos como personas, hemos estado en los zapatos del
otro.
Ahora estoy en la etapa
final de esta expedición y lo que sigue es más grande y largo de explorar. Yo
no me arrepiento de haber llegado a un lugar desconocido y de haber caído
tantas veces, de haber visto como los demás caían a mí alrededor. Vi también
cómo se quedaban en el piso algunos y se desvanecían y como otros se levantaban
y están aquí con migo, en las mismas
condiciones que yo ahora. Vi como cambiaron mis convicciones y como cambiaron
la de los demás, como nos volvimos hermanos, como aprendimos a ser responsables
y como nos vemos ahora tan diferentes a como éramos al principio.
El descubrimiento de América
significó el cambio del curso de la historia que se tenía hasta entonces, fue
un hecho que dividió la línea de tiempo del universo. Yo hice una expedición, como
quienes llegaron al nuevo mundo con el fin de conocer y caracterizar y uno de
esos fines no lo cumplí, porque este lugar, y estas personas no se pueden
caracterizar ni clasificar, ni siquiera en categorías amplias. La forma de este
lugar no permite seamos idénticos, eso es lo mágico. El descubrimiento de este
nuevo mundo dividió en dos mi universo, no sé qué viene pero sé de dónde
venimos y eso es suficiente.
Fin de la crónica 06/09/2013
No hay comentarios:
Publicar un comentario