viernes, 13 de septiembre de 2013

CRÓNICA DEL NUEVO MUNDO

El descubrimiento del nuevo mundo se refiere a la llegada a América de un grupo expedicionario español que, representando a los Reyes Católicos, partió desde el Puerto de Palos, comandado por Cristóbal Colón, y llegó el viernes 12 de octubre de 1492 a una isla llamada Guanahani.
Así, como por voluntad propia Cristobal Colón tuvo que invitar la gente y persuadir a la reina para que le ayudara económicamente para su viaje, debido a que prometía ser una mejora y una buena inversión para el reino. Así persuadí yo a mi acudiente para que me dejara comenzar una aventura a un mundo desconocido donde, según mis referencias, habían personas diferentes, metodologías diferentes y sobre todo, el comienzo de una vida diferente para quien se integrara a él.
Creo que, aunque no con total certeza, entendí como se sintieron los descubridores cuando llegaron a América…Comencé a conocer a personas que nunca pensé que conocería, con costumbres y formas de expresarse muy diferentes a lo que yo entendía. Conocí educadores que enseñaban de maneras tan alternas que hasta me pregunté si sí iba a aprender algo en los próximos años (Yo, que nunca me preocupo por nada). Todos vestían diferente a lo habitual y hablaban de experiencias pasadas entre ellos. Me sentí en un lugar tan libre, sin reglas convencionales y tan poco común que combinó toda esta novedad con la sed de aventuras que poseía en ese entonces.
Me ubiqué, o me ubicaron en un grupo con gente que yo no conocía, pero eso no fue el problema… Yo no sabía qué hacer y nadie me decía como hacerlo, según la mayoría, “Debía descubrirla por mis propios medios, a su debido tiempo, a mi propio ritmo” ¡Y que ritmo tan lento he sabido tener! Me fue más mal de lo que pensé, el sueño del principio parecía haberse acabado. No me entendía con mi equipo, no sabía que escribir, no le caí bien a los docentes y todos a mi alrededor parecían tener ventaja. Aun así, en medio del caos emocional que conllevó este conjunto de problemas, yo me sentía mejor que donde estaba, y pensé que en algún futuro, ojalá no muy lejano, todo esto iba a tener un sentido.
Quienes llegaron a América en el siglo XV hicieron largas expediciones con el fin de conocer, caracterizar y clasificar todo aquello que había en el nuevo mundo y no habían visto antes. Me sentí entonces como directora de una gran expedición ¿Mi equipo? Un pc y un cuaderno cinco materias que por alguna razón duró todo el primer año, y sobraron páginas.
El primer año culminó y aunque no supe si sería promovida hasta último momento, me sentí bien y aliviada porque el próximo año iba a ser mejor.
El próximo año  lo comencé llena de buena energía, con un equipo nuevo. Tuve dificultades internas y externas, algunas mi culpa, algunas no. Comencé a hablar con más gente del nuevo mundo, y aunque parezca increíble a estas aturas, no dejaba de sorprenderme.
Todos los días crecía el vínculo que tenía con quienes se habían convertido en mis amigos (Tan poco comunes y poco convencionales como los indígenas de América en el siglo XV) y aunque no estuve de acuerdo con muchas políticas y formas de enseñar, siempre hubo un número significativo de aspectos positivos que me mantuvieron y no me dejaron ir de ese lugar. Me sentí muy frustrada ese año, porque sentía que trabajaba y trabajaba y no se veían resultados. Tuve la oportunidad de hacer parte de sus costumbres y por ende, fui a la feria CT+I 2012, y a Proyecto Morales. Mi educación informal. La que se desarrollaba por fuera, me ayudaba a ser flexible con mi percepción del mundo y del universo.
Ahora, en el 2013, comencé con la actitud buena que esperaba tener y aunque los hechos que voy a mencionar son de este mismo año, parece que hubieran sucedido hace mucho más tiempo. Volví al equipo del primer año debido a que su trabajo era más acorde con mis intereses y mi forma de ser. Conocí más gente con la que no había hablado, y caí en cuenta de que los siguientes doce meses, correspondían mi último periodo de tiempo en este lugar…
Mi trabajo y el de mi equipo para este entonces ya eran más organizados que antes, yo tenía ya una idea de cómo manejar las cosas y muchas inconformidades que había tenido se tornaron generales entre el grupo de personas que habitábamos juntas. Todo ha sido muy rápido, no sé cómo, ni con que fugacidad se ha ido el tiempo y cada vez tengo más recuerdos en esa colección que nunca creí tener. Cuando menos pensé ya habían pasado 6 meses, y yo ya era amiga de muchas personas con gran variedad de personalidades y oficios, sabía muchas cosas que ni sé en qué momento aprendí, tenía el cuaderno (Cinco materias para todo el año, para no perder la costumbre) lleno de cosas, líneas y anotaciones de la expedición; todo parecía estar sucediendo y yo no sé en qué momento aceleré el ritmo que mencioné al principio, o si el tiempo aceleró el ritmo y yo no supe cómo seguirlo.
Me hablaban de la siguiente fase de mi vida, de ICFES, de universidad, de dinero, de préstamos, de carreras. Me preguntaban todas las personas a mí alrededor ¿Qué va estudiar? ¿Dónde va a estudiar? ¿Usted si es buena para eso? ¿Eso si le da la plata? ¿Con qué va pagar? ¿Va conseguir beca? Y yo no tenía respuesta certera para ninguna de estas preguntas. No sé cómo todos mis compañeros y yo (Ya no me sentía ajena a aquella sociedad del nuevo mundo) sentíamos que debíamos cumplir con las expectativas de muchísima gente y varias autoridades y peor aún, yo no sabía cómo cumplir con esas expectativas y con las mías al mismo tiempo. Yo sabía que este momento de caos llegaría hace mucho tiempo, hace años me preparaba para esto y pensé que cuando llegara el momento lo iba a tener todo controlado porque ya había respondido en mi mente varias preguntas, pero no me di cuenta que el momento llegó más rápido de lo que pensé y todo lo que tenía establecido ya no tenía sentido, todo parece tan difícil y se ve tan cerca…
Mis compañeros y yo hemos ido tratando de darle respuesta a esas preguntas, una por una, paso por paso. Hablamos al respecto entre nosotros para escapar de quienes quieren saberlo todo con gran exactitud. Entre nuestro grupo de habitantes del nuevo mundo podemos hablar con términos como tal vez, quizá, de pronto. Nos podemos cuestionar, podemos equivocarnos cuantas veces queramos. Podemos hacer preguntas estúpidas de respuestas obvias y podemos preguntarnos cosas que nadie sabe responder. Entre nosotros se ha formado una comunidad de inexactitudes, donde estar erróneo es relativo y nadie nos juzga por no saber muchas cosas que “Ya deberíamos saber” porque a fin de cuentas, todos estamos igual, y en medio de las diferencias que tenemos como personas, hemos estado en los zapatos del otro.
Ahora estoy en la etapa final de esta expedición y lo que sigue es más grande y largo de explorar. Yo no me arrepiento de haber llegado a un lugar desconocido y de haber caído tantas veces, de haber visto como los demás caían a mí alrededor. Vi también cómo se quedaban en el piso algunos y se desvanecían y como otros se levantaban y están aquí  con migo, en las mismas condiciones que yo ahora. Vi como cambiaron mis convicciones y como cambiaron la de los demás, como nos volvimos hermanos, como aprendimos a ser responsables y como nos vemos ahora tan diferentes a como éramos al principio.
El descubrimiento de América significó el cambio del curso de la historia que se tenía hasta entonces, fue un hecho que dividió la línea de tiempo del universo. Yo hice una expedición, como quienes llegaron al nuevo mundo con el fin de conocer y caracterizar y uno de esos fines no lo cumplí, porque este lugar, y estas personas no se pueden caracterizar ni clasificar, ni siquiera en categorías amplias. La forma de este lugar no permite seamos idénticos, eso es lo mágico. El descubrimiento de este nuevo mundo dividió en dos mi universo, no sé qué viene pero sé de dónde venimos y eso es suficiente.

Fin de la crónica 06/09/2013


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