martes, 15 de octubre de 2013

OPORTUNIDADES QUE VALEN LA PENA…

Octubre del año 2010, mis ánimos no eran los mejores y mis días en el colegio eran un infierno, los demás estudiantes de octavo eran odiosos, simplemente sentía que no encajaba en un lugar donde resaltaba más la grosería y la violencia que la educación y aún más importante la formación como persona. Una mañana luego de pasar algunas rabias una nueva oportunidad llego a mi vida, una nueva forma de sentirme a gusto conmigo misma, algunos profesores de la institución hacía pocos días habían estado en un congreso realizado en el Colegio Loyola y quedaron muy a gusto con la metodología trabajada y conservaban aún la ideología que una educación de calidad era para las personas que realmente estaban interesadas en tener un buen futuro, entonces me contaron acerca de todo lo que traería consigo estar en ese lugar, realmente me despertó curiosidad y me inscribí junto a una compañera que vive cerca de mi casa, días después la profesora Clementina y Nora fueron al colegio a hacernos el examen de admisión la verdad pensaba que sería muy difícil pero eran más los nervios que me atormentaban, un rato después me dieron la noticia de que podría estudiar en esa institución, realmente tenía varios sentimientos encontrados porque no sabía lo que me encontraría al ingresar en el siguiente año a noveno, la espera se torno un tanto larga pero tan solo me quedaba esperar.

Enero del 2011, primer día de clase, nos reunimos algunos compañeros que previamente nos habíamos conocido en las nivelaciones realizadas en diciembre del año anterior (Se ejecutaron con la finalidad de adaptarnos de una mejor manera a la metodología de la institución), veíamos a los demás abrazarse, saludarse eufóricamente, realmente veíamos que la unión en este colegio era mucha pues todos se saludaban con todos. Pasamos al auditorio y allí dieron la bienvenida al nuevo año escolar y las primeras indicaciones, trabajaríamos una semana con un nuevo equipo de trabajo en el diseño de la bandera y el escudo de la institución, aunque me pareció algo un tanto raro, hice equipo con otras tres compañeras que me parecieron simpáticas, y, a pesar que nuestro diseño no fue escogido realmente pasamos un rato agradable; cuando finalizó la primera semana comenzaron mucho más enserio las clases y fue ahí donde inicio mi miedo y mis ganas de desistir ya que el manejo de las TICS no era un fuerte en mi y, para completar mi equipo de trabajo era de estudiantes nos muy activos y comprometidos, le pedí a muchas personas ayuda para que explicaran como manejar el sitio web, la plataforma, en fin todo, tanto que a veces me sentía un poco apenada de molestarlos pero la vedad era que me atemorizaba la idea de no ser capaz con el ritmo que se llevaba allí o de perder una materia, cosa que no me había llegado a suceder, finalizó el primer periodo, y fui aterrizando un poco más, sentí una gran satisfacción ya que fui una de las mejores estudiantes del salón, todo era un poco mas claro, había cambiado de equipo de trabajo, este estaba  conformado por 6 personas Yurley Cardona, Yureny Gonzales, Alejandra Uribe, Natalia Ortega, Juan Camilo Blandón y yo, éramos el equipo más grande pero también uno de los mas eficientes, resaltaba sobre nosotros la unión, los buenos trabajos y la alegría que les poníamos para hacerlos;  el proyecto macro para noveno era el diseño de una vivienda ecológica para personas de bajos recursos, era nuestra responsabilidad que cada miembro del equipo tuviera una tarea en especifico, Yureny y Yurley diseñarían el proyecto sobre la innovación que tendría nuestra casa  el cual fue una planta para descontaminar el agua, Camilo y Aleja realizarían los planos en el programa Autocad y por último Natalia y yo dibujaríamos los planos a mano.
Aunque era poco sociable hablaba con casi todas las personas, el ambiente y la actitud era totalmente diferente al colegio anterior, le agradecí mucho a Dios por haber puesto en mi camino esta oportunidad y sobre todo por haber podido adaptarme y resaltarme. 

2012, un nuevo año, con nuevas expectativas, con muchas más metas que cumplir, el primer día de clase, a diferencia del año anterior no veía como se saludaban los demás, estaba ahí, saludando a mis demás compañeros, sentía que no era tan solo un año de estadía en la institución, era como si desde pequeños estuviéramos allí, al igual que en el 2011 la primera semana trabajamos con los estudiantes nuevos para que conocieran un poco acerca de cómo se trabaja, y sobre el manual de convivencia el cual se había comenzado a redactar desde el año anterior, este año debíamos escoger la línea de investigación teníamos tres caminos por escoger, biotecnología, ingeniería inversa o nanotecnología, realmente la decisión era difícil pues lo que escogiéramos seguramente definiría nuestro estudio profesional, Natalia, Alejandra, Camilo y yo decidimos continuar juntos en la línea de ingeniera inversa, Yureny y Yurley quienes se aliaron con Juliana Aristizabal, Yeraldin Restrepo y por último Ana Suarez se fueron por biotecnología. Éramos consientes que partíamos por un camino largo y tedioso pero el reto lo asumimos desde que nos matriculamos en la institución. 



 Comenzamos a indagar sobre que campo de la ingeniera nos llamaba la atención y coincidimos con las energías alternativas, específicamente con la energía solar y los paneles solares fotovoltaicos, nos documentamos, fueron muchas las vueltas que debimos dar para poder llegar hasta el punto donde trabajaríamos, en mejorar su eficiencia, iniciamos con la redacción y las correcciones que a diario surgían eran muchas, con esto aprendimos que la paciencia debe prevalecer a la hora de realizar un proyecto, cambiamos muchas veces de idea  lo que demandaba volver a realizar la misma tarea varias veces pero al final poco a poco fuimos avanzando a pesar de la falta de asesor y de los materiales necesarios en octubre conocimos al señor Victor Borda en la facultad de minas de la  universidad Nacional, con él tuvimos la oportunidad de realizar algunas pruebas con un panel que esta ubicado en la universidad, lo que nos permitió enfocarnos mucho más, luego de esto tomamos la determinación de diseñar un nuevo seguidor solar.


Cambiando un poco de tema la convivencia con el equipo aunque a veces se torno un poco dura tratamos de llevarnos lo mejor posible y de estar fortaleciendo el buen ambiente de trabajo y apoyo que traíamos desde noveno, y como décimo significaba mucho mas trabajo y más tareas no teníamos el mismo tiempo de antes y eran pocas las veces que compartíamos con los demás compañeros pero en el salón en el que estábamos (décimo uno) fue notoria la unión de los estudiantes principalmente en los eventos que se presentaban en la institución.

2013, No hay mucho que contar, las sensaciones experimentadas durante este año puede decirse que han sido únicas, abrimos pasó a muchos estudiantes que en un futuro soñamos con que marquen la diferencia en el país, un periodo que aún no culmina y que ha estado lleno de dificultades de las cuales esperamos que podamos recoger frutos al final.

En fin, hasta ahora me ha quedado un gran recuerdo de mi corto paso por el colegio, es una pequeña parte del camino de mi vida, del que estoy segura es diferente a la de los demás, tres años donde aprendí que el esfuerzo, la entrega y la dedicación tienes sus frutos y que no se necesita tener cantidades de dinero para alcanzar grandes cosas, cabe resaltar que no hablo solo de los logros materiales sino también de las personas que han pasado en mi vida a lo largo de este tiempo y que me han fortalecido como persona, para así formarme como una ciudadana integra y que en un futuro le aportará a la sociedad su granito de arena.


DIANA FERNANDA GRISALES CARDONA 

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