UN CAMBIO EN MI VIDA
Cada
día las cosas van cambiando y de alguna manera se dice que se avanza, pues estar
estancado en la vida…es como decir que se está muerto.
Hay
cambios que se realizan para mejorar, y
para mi cambiarme de colegio fue algo que me hizo crecer como persona y que sin
lugar a dudas fue un cambio drástico que me llevo a mejorar cada día más.
Mi
experiencia en el Loyola comenzó en el 2011, con mucha expectativa espere el
día en el que comenzaría una nueva etapa en mi vida. Los primeros días todo fue
felicidad y comencé a conocer mucha gente, pero al realizarse la división de
los salones, empezó la cosa enserio, los trabajos, las exigencias y todas las
cosas nuevas cosas hicieron efecto en mí, y sentía que me derrumbaba como un
castillo de naipes, pues no esperaba un cambio así y sentí por un momento que
no podría continuar, no puedo negar que me gustaba el ambiente, la gente, y sin
lugar a dudas mis nuevas amigas, pero la presión en mí, era demasiada.
Mi
equipo de trabajo en esa época era un apoyo para mí, éramos 5 personas, gracias
a ellos fui dejando de lado ese miedo y esa presión de no poder cumplir con
todo o de que en algún momento pudiera fallarme a mí misma o fallarle a mi
familia. Al finalizar el primer semestre, todo en mi cambio, pues ya tenía
confianza, nos había ido muy bien y ya todo era mejor, la amistad con mis
amigas (os) había crecido y era más fuerte, las cosas cada día iban mejorando y
sentía que éramos una familia.
A
partir de eso, todo fue felicidad, pues siempre era difícil mantener un
rendimiento académico bueno y no es para menos, para eso estábamos allí, pero al
acostumbrarme todo era más sencillo, y las actividades realizadas en todo el
año eran realmente agradables y nos unían más.
Cada clase nos dejaba una enseñanza, no solo académica, si no también
ética o personal, que nos ponía a reflexionar.
Al
finalizar ese año, las ganas de irme y de tirar la toalla habían desaparecido y
ya tenía un problema mayor, la despedida de mis amigas y de mis amigos, pues
algunos se iban del todo del colegio y sin duda alguna me iban hacer mucha
falta.
Esos
4 personajes de mi equipo, esos 4 caballeros, son como mis hermanitos, (Daniel,
Marlon, Yesid y Mateo) los adoro y gracias a ellos he aprendido muchas cosas…
risas, lágrimas, agradecimientos y una gran amistad creció entre nosotros.
Al
año siguiente, llagaba el momento de tomar las decisiones importantes, como
decidir porque línea de investigación irnos, y si había necesidad de cambiarse
de equipo, se hacía.
Mis
4 hombres tomaron sus caminos y yo debía tomar el mío; pues al quedar sola,
busque personas que estuvieran enfocadas en mi misma línea (La biotecnología);
y, ¡o sorpresa! Formamos un grupo de 5 niñas, (Yurley, Yeraldin, Ana María y
Yureny) cada una con un gran desempeño en el equipo y académico. Pero todo fue
más allá, pues al correr el tiempo, creamos nuestro proyecto de investigación,
por el que hemos luchado, trasnochado y demás; visitas, sugerencias y un gran interés
de nuestra parte hicieron florecer el famoso grupo Bioinnovadoras o también el
grupo papa.
Pero
no solo era el proyecto, o el rendimiento académico, pues en ellas encontré un
apoyo, unas personas maravillosas, grandes amigas, confidentes, como se dice,
para las que sea, convirtiéndose en mis mejores amigas, en mis hermanas y las
personas con las que disfrute de alegrías, tristezas, triunfos, derrotas, enojos,
satisfacciones, entre muchas otras cosas. Este fue un año único, cada una de
las personas que formaba parte de mi pasado y mi presente, eran importantes,
pues se formó una familia. Siempre poníamos delante de nosotras la felicidad y
la diversión, para poder hacer el resto de las cosas…y mis 4 caballeros seguían
a mi lado y por supuesto juntos y siempre apoyándonos desde una situación
diferente.
Todo
era diferente, mi salón, el más eufórico, unido y con unas ganas inmensas de
ser felices cada día, hacíamos del diario vivir una experiencia inolvidable.
Llegamos
de nuevo al final, y nuevamente las despedidas eran difíciles y más aún si
tenía en cuenta que uno de mis 4 caballeros se iba y no solo del colegio, si no
del país. Se siente su vacío y lo extraño mucho, pero era algo que el quería.
Mi
proyecto por su parte, estaba listo para iniciarse en el laboratorio, pero en
este año, no fue posible…por muchas situaciones, pero de igual forma seguíamos
firme con él y sabíamos en algún momento lo íbamos a realizar.
Y
bueno, llego mi año final, el más esperado desde siempre, pero el que no
quieres que se acabe, un año diferente, al principio no de mi total agrado,
pero igual todo mejoro y en mi nuevo salón, se encontraban antiguos amigos, que
por razones no entendidas por mí, perdimos contacto por un tiempo, pero al estar de nuevo juntos, se restableció el
vínculo. Este año ha sido un éxito para nuestro proyecto, porque hemos avanzado
mucho, vamos en la mitad del proceso y va por un muy buen camino.
Este
año hemos tenido muchos momentos especiales y cada día pienso que haber llegado
al Loyola cambio mi vida, me hizo crecer como persona y a pesar de todos los
problemas o de todos los momentos de debilidad, le agradezco mucho, no puedo
negar que fue algo diferente a lo que pensé, pero de igual son más que
conocimientos lo que me brindó y me brinda; pues las personas que pasaron por
mi vida y otras que llegaron, son muy importantes para mi…y son grandes en
corazón y en mucho más que eso.
Juliana Aristizabal Ortiz / 11°1
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