UNA BUENA DECISIÓN
Mi
historia en el Loyola comienza de una forma muy peculiar.
Toda
mi vida fui algo así como una víctima del sistema, tuve muchos problemas en mis
otros colegios debido a que no tenía un “buen comportamiento” sin embargo mis notas
eran muy buenas, y para el disgusto de muchos profesores debían ponerme en el
cuadro de honor, así fuera en el segundo lugar por no comportarme como ellos
querían…
Cuando
estaba en quinto hice un examen de coeficiente intelectual y obtuve un muy buen
puntaje, debido a esto se aclaró él porque era tan indisciplinada en las
clases, era porque aprendía más rápido que las demás (Antes del Loyola estuve
en colegios femeninos) para sexto buscábamos un colegio diferente, de educación
personalizada, cosas por el estilo, pero todos tenían mensualidades muy altas y
mis padres no podían costearse esos precios, me cambié de colegio, pero a uno
normal, y luego de estar allí un año regresé a mi antiguo colegio, donde
estudié desde los cuatro años.
Cuando
estaba en noveno en el año 2010 ya estaba cansada, todas las mañanas sentía ese
desagrado por ir al colegio, siempre le decía a mi mamá que no quería ir, pero
igual debía ir y terminaba yendo, no fue un buen año. Este desagrado era por
muchas cosas, ya estaba cansada de esas niñas, no tenía nada en común con
ellas, no soportaba el ambiente, los profesores, las clases, el simple
uniforme, ya estaba cansada de todo. Al final como toda historia las cosas
terminaron bien, y como me pasa muy seguido, solo las cosas buenas quedaron.
Para
pasar a décimo sabía que debía irme, si me quedaba, por salir de un colegio
privado, mi educación superior sería muy costosa, entonces el plan era irme
para el CEFA donde mi madre trabajaba, pero resultó una nueva alternativa…
La
hija de una amiga de mi madre supo de un nuevo colegio que era prácticamente
todo lo que habíamos buscado hacía 4 años, era casi perfecto para mí, pero
había un problema, el colegio inició en el 2010 con el grado octavo, y en ese
año yo terminaba noveno, iba un año adelante, entonces si quería entrar debía
repetir noveno…
Fue
una decisión muy complicada, porque tenía dos posibilidades, continuar con el
plan inicial en el CEFA y seguir siendo una víctima del sistema, o atrasarme un
año pero con la ventaja de que estudiar podría dejar de significar una tortura
para mi…
Luego
de pensar mucho, con la ayuda de mis padres, la decisión fue tomada, y ahí
inició mi experiencia Loyola.
Ingrese
al Loyola en el año 2011, y así inició una de las mejores experiencias que
personalmente no cambiaría por nada.
Al
llegar experimenté muchos cambios y adquirí muchos aprendizajes. Uno de los
primeros cambios fue el estar en una institución pública y mixta, toda mi vida
había estudiado en colegios femeninos y privados, fue muy interesante con lo
que me encontré en el colegio. Tuve la oportunidad en un periodo de estar en un
equipo en el que era la única mujer, no fue una experiencia muy agradable, el
trabajo solo con hombres no me quedó gustando, pero la convivencia con ellos
estuvo bien, hay casos de casos, pero logré encontrar muy buenos amigos.

En
el Loyola también aprendí lo que es estrellarse contra el muro y perder. En el
primer año, el segundo periodo perdí tres disciplinas (Una de ellas no muy
justamente), fue algo muy duro porque nunca había perdido una materia en toda
mi vida escolar, pero entendí que no siempre se gana y es importante aprender
de estos errores.
Una
de las cosas más interesantes que he vivido en el Loyola es participar del
gobierno escolar, en noveno (2011) fui Representante de los Estudiantes al
Consejo Directivo y en décimo (2012) fue elegida como Personera, ambas
experiencias fueron muy interesantes, algo complicadas, pero muy buenas y me
han llenado de grandes aprendizajes.
El
trabajo en equipo es algo que me ha gustado mucho, he hecho buenos amigos y
compañeros de trabajo, he aprendido mucho de ellos. Cuando ingresé al colegio
mis equipos no fueron muy buenos, algunos no cumplían con sus deberes, la
convivencia era muy complicada y faltaba concentración a la hora de trabajar,
aunque al final todo salió bien porque hice parte de un buen equipo de trabajo,
se sentía un gran cambio al ver que cada miembro estaba comprometido con su
deber y se respetaba más la responsabilidad; En mi segundo año tuve un equipo
de trabajo excelente, con el culminaré mi experiencia en la institución y me siento muy agradecida de poder contar
con ellos y tener la maravillosa oportunidad de compartir y aprender de cada
una de estas personas tan sorprendentes.
Hacer
parte de la construcción de algo nuevo es un proceso muy complejo y difícil
pero muy gratificante a la hora de obtener resultados, ser los primeros en algo
es un gran orgullo, se siente increíble el poder decir que hago parte de la
Primera Generación de esta Institución.
Mi
historia, mi vida, mi experiencia en el Loyola ha sido increíble, este es el
colegio perfecto para mí, por el trabajo en equipo, la investigación, las
clases, la simple forma en que se distribuye un salón de clase, el uniforme,
todo es MUY diferente, honestamente, no soy capaz de imaginarme lo tradicional
luego de haber vivido esta maravillosa experiencia que es la Institución
Educativa Colegio Loyola para la Ciencia y la Innovación, una de las mejores decisiones que he tomado en mi vida.
Hadaluz Pulgarín Taborda
11°1
No hay comentarios:
Publicar un comentario