domingo, 6 de octubre de 2013

UNA BUENA DECISIÓN



Mi historia en el Loyola comienza de una forma muy peculiar.

Toda mi vida fui algo así como una víctima del sistema, tuve muchos problemas en mis otros colegios debido a que no tenía un “buen comportamiento” sin embargo mis notas eran muy buenas, y para el disgusto de muchos profesores debían ponerme en el cuadro de honor, así fuera en el segundo lugar por no comportarme como ellos querían…
Cuando estaba en quinto hice un examen de coeficiente intelectual y obtuve un muy buen puntaje, debido a esto se aclaró él porque era tan indisciplinada en las clases, era porque aprendía más rápido que las demás (Antes del Loyola estuve en colegios femeninos) para sexto buscábamos un colegio diferente, de educación personalizada, cosas por el estilo, pero todos tenían mensualidades muy altas y mis padres no podían costearse esos precios, me cambié de colegio, pero a uno normal, y luego de estar allí un año regresé a mi antiguo colegio, donde estudié desde los cuatro años.

Cuando estaba en noveno en el año 2010 ya estaba cansada, todas las mañanas sentía ese desagrado por ir al colegio, siempre le decía a mi mamá que no quería ir, pero igual debía ir y terminaba yendo, no fue un buen año. Este desagrado era por muchas cosas, ya estaba cansada de esas niñas, no tenía nada en común con ellas, no soportaba el ambiente, los profesores, las clases, el simple uniforme, ya estaba cansada de todo. Al final como toda historia las cosas terminaron bien, y como me pasa muy seguido, solo las cosas buenas quedaron.

Para pasar a décimo sabía que debía irme, si me quedaba, por salir de un colegio privado, mi educación superior sería muy costosa, entonces el plan era irme para el CEFA donde mi madre trabajaba, pero resultó una nueva alternativa…
La hija de una amiga de mi madre supo de un nuevo colegio que era prácticamente todo lo que habíamos buscado hacía 4 años, era casi perfecto para mí, pero había un problema, el colegio inició en el 2010 con el grado octavo, y en ese año yo terminaba noveno, iba un año adelante, entonces si quería entrar debía repetir noveno…

Fue una decisión muy complicada, porque tenía dos posibilidades, continuar con el plan inicial en el CEFA y seguir siendo una víctima del sistema, o atrasarme un año pero con la ventaja de que estudiar podría dejar de significar una tortura para mi…

Luego de pensar mucho, con la ayuda de mis padres, la decisión fue tomada, y ahí inició mi experiencia Loyola.

Ingrese al Loyola en el año 2011, y así inició una de las mejores experiencias que personalmente no cambiaría por nada.

Al llegar experimenté muchos cambios y adquirí muchos aprendizajes. Uno de los primeros cambios fue el estar en una institución pública y mixta, toda mi vida había estudiado en colegios femeninos y privados, fue muy interesante con lo que me encontré en el colegio. Tuve la oportunidad en un periodo de estar en un equipo en el que era la única mujer, no fue una experiencia muy agradable, el trabajo solo con hombres no me quedó gustando, pero la convivencia con ellos estuvo bien, hay casos de casos, pero logré encontrar muy buenos amigos.


Algo muy significativo que adquirí al llegar al Loyola fue el mejor entendimiento y conocimiento de mi ciudad, compartir con personas de diferentes partes de la ciudad, sus situaciones cotidianas, escuchar nombres de barrios de los que no tenía conocimiento, todo esto me ayudo a ser más consciente sobre la realidad que muchos compañeros viven.

En el Loyola también aprendí lo que es estrellarse contra el muro y perder. En el primer año, el segundo periodo perdí tres disciplinas (Una de ellas no muy justamente), fue algo muy duro porque nunca había perdido una materia en toda mi vida escolar, pero entendí que no siempre se gana y es importante aprender de estos errores.

Una de las cosas más interesantes que he vivido en el Loyola es participar del gobierno escolar, en noveno (2011) fui Representante de los Estudiantes al Consejo Directivo y en décimo (2012) fue elegida como Personera, ambas experiencias fueron muy interesantes, algo complicadas, pero muy buenas y me han llenado de grandes aprendizajes.

El trabajo en equipo es algo que me ha gustado mucho, he hecho buenos amigos y compañeros de trabajo, he aprendido mucho de ellos. Cuando ingresé al colegio mis equipos no fueron muy buenos, algunos no cumplían con sus deberes, la convivencia era muy complicada y faltaba concentración a la hora de trabajar, aunque al final todo salió bien porque hice parte de un buen equipo de trabajo, se sentía un gran cambio al ver que cada miembro estaba comprometido con su deber y se respetaba más la responsabilidad; En mi segundo año tuve un equipo de trabajo excelente, con el culminaré mi experiencia en la institución  y me siento muy agradecida de poder contar con ellos y tener la maravillosa oportunidad de compartir y aprender de cada una de estas personas tan sorprendentes.

Hacer parte de la construcción de algo nuevo es un proceso muy complejo y difícil pero muy gratificante a la hora de obtener resultados, ser los primeros en algo es un gran orgullo, se siente increíble el poder decir que hago parte de la Primera Generación de esta Institución.


Mi historia, mi vida, mi experiencia en el Loyola ha sido increíble, este es el colegio perfecto para mí, por el trabajo en equipo, la investigación, las clases, la simple forma en que se distribuye un salón de clase, el uniforme, todo es MUY diferente, honestamente, no soy capaz de imaginarme lo tradicional luego de haber vivido esta maravillosa experiencia que es la Institución Educativa Colegio Loyola para la Ciencia y la Innovación, una de las mejores decisiones que he tomado en mi vida.

Hadaluz Pulgarín Taborda
11°1

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